A pesar de que hemos titulado como ruta esta entrada, creo que la deberíamos haber llamado exploración. Si os fijáis en el mapa, el trazado es bastánte errático: aunque parezca mentira, nunca antes había salido en bicicleta por esa zona y aproveché para explorarla. Generalmente, cuando exploro una zona nueva suelo hacer tres cosas:
- en casa, tranquilamente, la reviso con Google Earth: me suele ayudar a hacerme una idea de lo que quiero visitar y los caminos que tengo que seguir. Habitualmente me marco un origen, un destino y una ruta tentativa (que vista desde arriba parece factible).
- una vez que estoy en el terreno: grabo la ruta, claro, y todo aquel desvío, camino, pista o carretera que tiene buena pinta, lo pruebo. Muchas veces llego a caminos muertos, que no llevan a ninguna parte, que se desvían claramente de la ruta que tenía prevista o que parecen alejarme de alguno de mis objetivos. Cuando eso ocurre, simplemente, media vuelta y vuelvo al camino principal. Otras veces, simplemente marco (dando una o dos vueltas en redondo) el inicio de un camino para revisarlo después en casa.
- de vuelta a casa, reviso la ruta hecha: la veo con Google Earth y miro por donde he pasado. Si no he conseguido llegar a alguno de mis objetivos veo cuanto me he acercado o que camino debería de haber tomado para llegar. También le echo un vistazo a los caminos que he marcado para ver a dónde me habrían llevado. Con toda la información que obtengo me preparo una ruta definitiva para hacer otro día.

ver la ruta en Google Earth
ver la ruta en Google Maps

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